En la tarde de ayer, por la novena jornada del Torneo de Primera B Metropolitana, el Club Atlético Estudiantes de Buenos Aires visitó el Estadio Alfredo Ramos del Barrio porteño de Agronomía, para enfrentarse a Comunicaciones, buscando ganar y seguir disfrutando de una positiva racha otoñal. Todo estaba dado para que el “Pincha” sumara los tres puntos de visitante ante un “Cartero” golpeado, que no transitaba por su mejor momento y no ganaba desde la primera fecha del certamen. Sin embargo, lo que podía suponerse no sucedió y el conjunto dueño de casa, sin merecerlo, pero golpeando en el momento justo y sabiendo aguantar, logró un triunfo por 1 a 0 con gol de penal de su capitán Lucas Banegas, y dejo con las manos vacías al equipo dirigido por Fabian Anselmo, que tuvo una actuación opaca, reacciono demasiado tarde y no pudo superar el efectivo trabajo defensivo del conjunto local.
La etapa inicial fue mutando con el correr de los minutos. El arranque del Pincha fue prometedor. Avances del capitán Nico Álvarez, un mano a mano de Martín Batallini, disparos a distancia de Roberto Bocchi y ver como dejaban libre a Diego “Oveja” Torres que se ubicaba sobre la derecha de la defensa local, llevaba a pensar que seria un buen partido para el combinado caserino. Luego ambos equipos comenzaron a prestarse la pelota y en un mar de dudas e imprecisiones creció la figura del volante creativo de Comu, Leandro Staino, quien manejando los hilos de la ofensiva de su equipo, inquietó a la defensa rival con disparos desde afuera del área y buenas jugadas combinadas. Se acercaba el final del primer segmento y en una jugada algo confusa, el árbitro Lucas Di Bastiano vio mano del defensor Pincha Guillermo Benítez y no dudo en cobrar penal, el cual fue convertido en gol por el capitán de Comunicaciones, Lucas Banegas. Tras este tanto, comenzaba a verse el retroceso de las líneas locales.
El resumen del segundo tiempo es más simple para contar, ya que desde su inicio hasta el final, Estudiantes fue el gran dominador, reaccionando con el golpe del tanto en su contra, pero a pesar de generar, buscar e intentar hacer lo necesario para empatar, no estuvo fino a la hora de la definición y se encontró con un adversario en ventaja que se dedico a aguantar, y lo hizo muy bien, armando una muralla impenetrable para cubrir su arco, la cual era custodiada en primera instancia por los guardianes de la defensa porteña y más atrás por la figura del encuentro, el arquero Fernando Otarola.
El empuje, los cambios ofensivos y el dominio absoluto del balón en el segmento complementario no dio su fruto y a pesar de sumar merecimientos, el Matador que realizó un primer tiempo para el olvido, regresó a Caseros con un nuevo golpe al salir de casa y volvió a mostrar esa irregularidad y falta de gol que tanto preocupa.
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