La
parada pintaba complicada y un cambio de DT en el medio era un punto
en contra de cara a la preparación. De antemano se sabía que
enfrentar a Talleres de Remedios de Escalada, un equipo que tiene
bien en claro lo que hace en la cancha, bajo estas condiciones ya era
ir de punto al sur.
Guillermo
Duró intentó cambiarle la fachada al Pincha moviendo algunas
fichas, volviendole a dar la titularidad a Santiago López sobre el
lateral izquierdo, corriendo a Diego Tonetto sobre la mitad de la
cancha, apostando con Federico Pellegrino por la banda derecha y
confiando en Diego Bielkiewicz como punta de los de Caseros.
Pese
a este movimiento en el tablero, Duró no logró cambiar las formas
de Estudiantes, que volvió a mostrar lo mucho que le cuesta generar
una ocasión de gol y que está partido en sus líneas. Si bien
intentó mantener un cierto orden durante la primera etapa, el buen
juego asociado de Talleres mostraba diferencias a favor del local. Un
equipo armado, donde sus jugadores se conocen y saben a lo que
juegan, con una sorprendente circulación de la pelota y que sabe
aprovechar los espacios de su estadio.
Martín
Blanco tuvo la chance de abrir el marcador a los 15´ para Talleres,
pero el delantero falló en el mano a mano ante Joaquín Pucheta
quien le daba respiro a los Caserinos. Minutos después, Pucheta
volvería a ser protagonísta al ahogarle el grito de gol a Blanco,
quien remató de cabeza y volvió a encontrarse con el arquero del
Pincha, quien fue la gran figura dentro del elenco visitante.
Sin
embargo el aguante de Estudiantes no daría para más y, a los 40
minutos, Eloy Pereira desbordó por la banda y su centro atrás
encontró la pierna de Eduardo Berón para decretar el 1 a 0. Era
justicia en Escalada, Talleres había tenído el control del juego y,
con gran paciencia, hizo circular la pelota hasta encontrar los
huecos de una defensa insegura que se vio sobrepasada ante el poderío
del local.
En
el complemento Duró hizo la más fácil y sacó a Pellegrino, que no
venía haciendo un mal encuentro, y lo puso a Juan Manuel Torres,
quien tuvo un fierrazo de larga distancia que se estrelló en el
travesaño y pudo haber sido el empate cuando promediaban los 10
minutos del complemento. La fortuna no estuvo del lado Pincha porque
a los pocos minutos de comenzada la segunda parte, Leonardo Zaragoza
se tuvo que ir lesionado y el desorden se hizo eje central de
Estudiantes. La desesperación de no poder conseguir la pelota y el
no saber que hacer con ella una vez que la tenían en los pies, fue
un combo perfecto para que Guillermo Duró hoy se vaya a dormir
preocupado. Talleres, pese a tener la ventaja mínima, estaba cómodo
en el campo de juego, ya que entendía que era prácticamente una
utopía que Estudiantes generara peligro en su arco.
Con
gran categoría y un fútbol bonito para quien lo disfruta desde las
tribunas, a los Tallarines les bastaba con 3 o 4 toques combinados
para pisar el área del Matador. Sobre los 14 minutos del
complemento, López lo bajó a Joan Gaona dentro del área y Stocklas
cobró penal. Sin embargo, el mejor jugador de Estudiantes durante
esta magra temporada, Joaquín Pucheta, voló sobre su palo derecho y
le aguó el grito de gol nuevamente a Martín Blanco. ¿Golpe
anímico?, para nada. La pelota quemaba en los pies de algunos
jugadores de Estudiantes y el fervor de la platea fue un jugador
aparte para el local, que se lucía con el "ole, ole" de la
gente y dejaba en claro porqué es un candidato a quedarse con este
torneo.
Cuando
el partido parecía cerrarse en un 1 a 0 que quedaba corto para los
de Escalada, una gran jugada por la banda derecha terminó en un
centro a la cabeza de Blanco, quien esta vez se sacó la mufa y dejó
tirado a Pucheta que nada pudo hacer para evitar el 2 a 0. Mucho
nerviosismo, bajos niveles individuales y colectivos, sumados a la
moral tirada por el piso del plantel y un DT que llegó hace menos de
una semana, son los integrantes de Estudiantes durante estas horas.
Talleres
terminó a puro festejo un partido que mereció ganar y, quizás,
hasta por más goles. Preocupa el pobrísimo nivel de juego de un
equipo que estuvo perdido en Escalada, que jamás le encontró el
rumbo al partido y que, hoy en día, solo puede aspirar a sumar
puntos para "tratar" que la ventaja con los de arriba no se
siga estirando más.
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